Los procesos de fabricación del acero no son sencillos. Se necesitan varias fases para que finalmente el material pueda ser utilizable. Uno de estos procesos -el posterior al colado- es la mecanización del acero.
El acero pasa por diferentes fases de mecanización con el objetivo de que consiga una forma conveniente para su posterior utilización. Los procesos más empleados para mecanizarlo son:
Laminación. Esta técnica consiste en calentar a alta temperatura los lingotes de acero. Estos se estiran en una cadena de cilindros (tren de laminación) y se van moldeando hasta conseguir las medidas que deseamos.
Forjado. Durante el forjado, el acero se somete a varios impactos que concluyen en una deformación plástica. Este método se realiza a elevadas temperaturas para que así mejore la calidad de los materiales.
Acero corrugado. El acero corrugado se utiliza sobre todo en construcciones con hormigón armado. Gracias a su forma de ‘corrugas’ es fácil de adherir al hormigón. También es sencillo de cortar y doblar sin que sufra daños, ya que se considera un material dúctil.
Estampación. En el proceso de estampación el acero adopta la forma de la estampa, esta tiene dos matrices con la forma que se quiere conseguir. Un proceso similar es el de la troquelación, donde además de la deformación del acero, también se realizan cortes y agujeros.
Mecanizado blando. Esta técnica consiste en un arranque de virutas mediante máquinas o herramientas. A continuación, las piezas se endurecen mediante tratamiento térmico y se finaliza con un mecanizado por abrasión con una rectificadora.
Perfiles de acero. Para poder utilizarlos en construcción, el acero se distribuye en perfiles. Si quieres saber más sobre este tipo de pieza estructural, echa un vistazo a nuestros
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