Historia del Acero

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Os traemos un artículo lleno de curiosidades y aprendizaje. Hoy queremos explicaros parte de la historia del acero y su evolución con los años.

Empecemos por el propio término. La palabra acero procede del latín “aciarius”, la cual procede de la palabra “acies” (filo de un arma blanca).

En cuanto a la fecha en la que se descubrió el proceso de fundir minerales para obtener hierro, se desconoce por completo. Pero podemos tomar como punto de partida el año 3000 a.C., año en el que se empezaron a usar los primeros utensilios de hierro en Egipto.

Más tarde, en 1400 a.C. se encontraron las primeras piezas de acero en África. No fue hasta el año 300 a.C. cuando Sri Lanka y la India empezaron a elaborar el acero wootz (un acero caracterizado por tener bandas de microcarburos temperados en una matriz con martensita o perita). Este acero se acabó exportando a China en el siglo V.

En torno al año 100 a.C, durante la dinastía Han en China, se creó otro tipo de acero fundiendo el hierro forjado con el hierro fundido.

Durante estos años se mantuvieron las elaboraciones de acero conocidas hasta la fecha y se empezaron a crear armas y herramientas.

Más tarde, entre los siglos IX y X fue descubierto en Turkmenistán el acero de crisol, un tipo de acero elaborado mediante un lento proceso de calentamiento y enfriamiento del hierro puro en un crisol junto al carbono.

A continuación, durante el siglo XI en China empezaron a emplearse dos técnicas para producir acero: método berganesco y el precursor al método Bessemer. El primero de ellos consistía en producir acero de baja calidad por no ser homogéneo y el segundo consistía en quitar el carbón de las forjas y someter al hierro a difíciles enfriamientos.

Ya por la edad media, se descubrió la templabilidad del acero y permitió elaborar mejores piezas. Con el paso del tiempo, los métodos también fueron variando. Los artesanos pasaron a obtener el hierro en altos hornos, quitaban la escoria con el martilleo y luego lo cementaban.

Ya por el año 1740, un relojero británico llamado Benjamin Huntsman desarrolló una nueva técnica para perfeccionar este acero cementado.

116 años después, exactamente en 1856, Henry Bessemer inventó el método Bessemer que mencionamos con anterioridad. Este permitía elaborar acero en grandes cantidades. Un año más tarde, Carl Siemens creó un nuevo procedimiento basado en la descarburación de la fundición del hierro dulce y óxido de hierro con aceite en altos hornos.

En 1878 Siemens decidió utilizar la electricidad para calentar los hornos de acero, y unos años más tarde Paul Héroult pasó a industrializarlos. Él mismo fue el inventor del método moderno de fundición de aluminio.

En 1948 se inventó el proceso del oxígeno básico L-D. En este proceso se tenía en cuenta el oxígeno puro en lugar del aire en el proceso de elaboración del acero.

Dos años después se creó la colada continua. Un proceso utilizado hoy en día para producir perfiles laminados de acero de sección constante y en grandes cantidades.

En la actualidad, usamos otros metales (o semimetales) para elaborar el acero, mejorando así su dureza y resistencia. Además, en su proceso de fabricación otorgamos al acero líquido de las propiedades químicas, temperatura, gases, impurezas y niveles de inclusiones deseados.

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